El adiós de Lissavetsky

            Se va un hombre que lleva representadno el deporte español en los años de oro. Sin hacer ruido, sin grande salrdes, con decisiones buenas y malas, pero con una sombra que para mi gusto pesará sobre todo lo demás. El dopaje.
            No me dá la impresión de que se haya gestionado bien el tema del dopaje. Políticos interviniendo en decisiones como la del caso Contador, las operaciones Puerto y Galgo y la sensación de que España es la barra libre de Europa. Puede hasta preguntarse uno si la no concesión de los Juegos Olímpicos o el Mundial se debe a que se nos mira con recelo por ese motivo...no es descabellado pensarlo.El decreto en el que se aprobó que no se podían hacer controles nocturnos a los deportistas en territorio español fue el hazmerreír del mundo, así como la gestión en la creación de la Agencia Estatal Antidopaje.
            No quiero decir que lo haya hecho mal, pero sí que está claro que lo podía haber hecho mucho mejor, por lo tanto espero que a partir de ahora y con ánimos renovados se puede avanzar hacia un deporte más limpio y si Bezabeths, Martas Domínguez y compañía.