Corro desde hace años. En verdad corro por necio, porque cuando jugaba al fútbol y me lo mandaban no me gustaba. Me hacía el remolón, protestaba y hasta fingía malestar para no tener que hacerlo. Pero con el paso de los años y el final de mi (suenan carcajadas) carrera como futbolista me empezó a gustar.
La sensación de libertad que te dá cuando corres, las vueltas que le das a la cabeza mientras lo haces y el bienestar que te reporta hace que sea uno de mis momentos favoritos del día. Cuando subo a la pista finlandesa de Oviedo por la noche y tengo la posibilidad de ver mi ciudad iluminada mientras corro es insuperable.
Además de corer por necio y por esa sensación que comento, ahora me gusta correr en las carreras populares. El motivo es simple, nunca había visto tanta sensación de solidaridad como en esas carreras. Todos los participantes animan y disfrutan con los éxitos de sus compañeros de asfalto. Nunca he visto ningún mal rollo, y además me ha dado la posibilidad de conocer mucha y muy buena gente.
Desde aquí animo a la gente a que participe en estos eventos y pueda empaparse del espíritu de este deporte.
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