viernes, 4 de marzo de 2011

Los padres y el fútbol base

Soy entrenador de un equipo de fútbol base desde hace un tiempo. Llevo 5 años entrenando y ya me ha dado tiempo a ver bastantes cosas, a sentir que enseñas, que te enfadas y sobre todo, a ver como en muchos casos los niños se sienten sobrepresionados por lo que sus padres-madres piensan.



Lo más difícil no es detectar el talento, los que lo tienen destacan en seguida. Ni siquiera es que los niños saquen provecho de lo que les enseñas, pues quitando alguna excepción, lo normal es que evolucionen y te sientas partícipe de esa evolución. Lo más difícil es conseguir que sus progenitores no les hagan creer que son lo mejor del mundo, que si pierden el partido y descienden será una catástrofe o que perder es el mayor de los desastres. Lo peor del caso es que en esas ansias se llevan por delante compañeros, entrenadores y árbitros... por no decir rivales.


Hay de todo en la viña del señor, y muchos escapan a ese análisis que acabo de hacer. He coincidido con muchos que no son así, pero la mayoría de lo que me toca ver por los campos de fútbol es desde luego de los que presionan. Desde aquí hago un llamamiento para que impere la cordura y el respeto por encima de todo, y que tengan en cuenta que el primer objetivo del deporte es la educación en el esfuerzo, en la honestidad y que se adquieran hábitos saludables.


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